martes, noviembre 04, 2008

¿PUEDE REPETIRSE LA HISTORIA DE MARIO CAPECCHI ACÁ?

Me gustaría creer que sí. Lo que es más, me gustaría contribuir a que ocurra.

Me refiero a la historia del Dr. Mario Capecchi, el niño italiano que a los tres años y medio, en plena II Guerra Mundial, con su padre perdido en el frente y su madre detenida por los nazis en el campo de concentración de Dachau, quedó en manos de unos campesinos de Verona. Al año, éstos lo echaron a la calle al terminarse el dinero que habían dejado sus padres. Durante cinco años sobrevivió precariamente en la calle robando para comer junto con una banda de “huérfanos de la guerra”. Su madre, liberada, lo buscó y rescató, cuando cumplía 9 años, desnutrido y con tifus de un hospital donde había sobrevivido el último año. En 1946 lo llevó a la casa de un tío en Princeton, Estados Unidos. Recién a los 13 años aprendió a leer y escribir y… ahora en el 2007… ganó El Premio Nobel de Medicina!! (podés ver un pantallazo de su vida en http://docs.google.com/Presentation?id=ddmbx3gm_13f2ctzmfb )

¡Pudo superar esos 5 terribles años de su infancia!! ¿Cómo lo logró? Él lo comenta en una conferencia que dio en Japón en el 2006 (http://www.hhmi.org/news/pdf/nobel20071008a.pdf) El Dr. Capecchi recuerda que pasó hambre y sufrió algunos “episodios brutales”. En su estadía de un año en el hospital de Reggio Emilia él y todos los chicos sólo tenían como dieta diaria una taza de café de  chicoria y un pedazo de pan y estaban desnudos sobre camas sin sábanas ni frazadas. Cuando lo encontró la madre se dio el primer baño en seis años. En Estados Unidos su vida dio un vuelco formidable que lo llevó a ser un prominente científico en Biología Molecular y al Premio Nobel. El Dr. Capecchi cree que su historia es la antítesis del concepto de que un ambiente favorable es un prerrequisito para un desarrollo humano creativo.

 

En la Argentina, que no ha sufrido una guerra tan devastadora como la mencionada, tenemos no sé cuantos miles de chicos en la calle en situación de total abandono y centenares de miles de adolescentes que no estudian ni trabajan. Algunos consideran a estos chicos irrecuperables, una generación perdida.

Quisiera creer que no lo son. Me parece que el caso del Dr. Capecchi demostraría que dadas las circunstancias algunos pueden cambiar.

Quisiera poder ayudar a rescatar aunque sea a uno! …y que vos rescates a otro….

 

¿Cómo podríamos hacerlo?

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