lunes, julio 26, 2010

LA CRISIS DEL LIDERAZGO EN LA ARGENTINA


El estancamiento de nuestro país es aún más doloroso cuando vemos a nuestros vecinos Chile, Brasil, Uruguay  avanzar con gobiernos eficientes y una dirigencia nacional responsable. Una de las causas de la diferente evolución de estos países  esta, claramente, en las actitudes de los respectivos liderazgos. En Chile supieron deponer antagonismos y coincidir en objetivos comunes. Brasil tiene una clase dirigente, sobre todo en San Pablo, que empuja “pra diante” inteligente y cohesionadamente.
Ricardo Esteves analizó lúcida y autocríticamente el papel del establisment argentino (ver aquí) en nuestra decadencia y compara su rechazo por nuestra población con la aceptación y confianza de chilenos y brasileños en sus respectivos establisments.  Señala críticamente sus tres graves errores históricos: el antiperonismo intolerante, el haber empujado al abismo al gobierno de Frondizi y el cheque en blanco a la corporación militar.
En la década del 90 nuestro establisment con la media docena de corporaciones que integraba participó alegre e irresponsablemente del “festival” de las privatizaciones. La mayoría de las cuales perjudicaron al país mientras  que las que fueron inicialmente positivas, como las de telecomunicaciones, tuvimos teléfonos,  abortaron a mitad de camino.
Esteves subraya la complacencia con que se observó el desguase de los Ministerios de Salud y Educación de la Nación con las nefastas consecuencias que perduran hoy en día. 
La Argentina necesita imperiosamente generar un nuevo liderazgo que nos permita retomar el camino de grandeza con que soñaron nuestros próceres.
Sí, pero ¿cómo se genera?



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